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19/04/2024La Nacion
Un experto dijo qué es lo que tiene que pasar para que lleguen US$20.000 millones más por año
Gustavo Oliverio, coordinador de la Fundación Producir Conservando, expresó en un seminario que el país puede dar un salto productivo con políticas para el campo

 

Para 2030 la Argentina podría tener un ingreso de divisas adicionales de hasta US$20.360 millones provenientes del sector agropecuario. Esto ocurriría si se va hacia un país diferente, donde se defina un rumbo con mirada a largo plazo.

Así lo señaló Gustavo Oliverio, coordinador de la Fundación Producir Conservando, en el seminario “una nueva Argentina 2030?, organizada por la entidad en el Banco Galicia. Al comenzar su exposición, recordó la importancia del sector y que siete de los 10 principales complejos de exportadores de la Argentina son agroindustriales. Para el directivo, el potencial de crecimiento de las exportaciones que tiene la Argentina de cara al 2030 es enorme, destacando los complejos granarios, de las carnes, tanto vacuna como aviar y de los lácteos.

Según describió, en agricultura se podría crecer a unas 170 millones de toneladas cuando hoy se produce en total 133 millones de toneladas. Esto representaría, haciendo un promedio de los precios de los ciclos, unos US$17.000 millones más, manteniendo la matriz productiva actual.

“Esa es la zanahoria que el complejo granario nos muestra hoy. Esa es la zanahoria de producir 170 millones de toneladas más con el complejo granario, distribuyéndose exactamente igual que hoy. La realidad es que, si no podemos aumentar las exportaciones y no nos abrimos al mundo, nos vamos a seguir mordiendo la cola y vamos a seguir mirando para adentro”, indicó Oliverio.

En el complejo de la carne vacuna, Oliverio también señaló que esta podría tener un incremento más que importante en exportaciones, donde de los US$3800 millones de divisas que ingresaron el año pasado, al 2030 casi podrían duplicarse y alcanzar los US$6700 millones (una diferencia positiva de US$2900 millones). Dijo que luego de las regulaciones a la actividad ganadera de los diferentes gobiernos, los stocks en los rodeos vacunos en la Argentina “se cayeron como un piano y se bajó cinco millones de cabezas”.

“Nos caímos en el stock, nos caímos en la productividad, nos caímos medio del mapa. La realidad es que las regulaciones lo que provocaban era eso. Pese a esto, venimos creciendo 66.000 toneladas por año, es bajo, pero crecimiento al fin”, afirmó.

“Significaría llevar la exportación de carne vacuna de las 900.000 toneladas actuales a 1,6 millones toneladas. Puntualmente es lo que creemos hacia dónde debemos apuntar, independientemente del consumo interno. Para eso necesitamos hacer todos los cambios, no solamente lo fiscal, para poder llegar a esto. La Argentina nunca se planteó exportar un millón y medio de toneladas de carne, pero es un buen momento para plantearlo porque es agregarle valor. Tiene muchísimas ventajas y es totalmente cumplible, partiendo de la base de un crecimiento en los índices de destete, de una mejora del peso en la media res”, agregó.

En carne aviar, en tanto, explicó que se podría llegar para esa fecha a US$860 millones, contra los US$400 millones de la actualidad; mientras que en el complejo lácteo, si se dan diferentes variables positivas para la actividad, se podría alcanzar los US$2300 millones versus los US$1300 millones de hoy.

Limitantes estructurales
Por su parte, el analista de Agritrend, Gustavo López, habló de las limitantes estructurales que tiene el sector granario para incrementar su producción al 2030. A modo de síntesis, dijo que el “cuello de botella” por excelencia del sistema “son los aspectos relacionados a la movilización y transporte de los granos, tanto desde la chacra al acopio (flete corto), como de este al destino final, industria, puerto (flete largo)”.

“Resulta imprescindible trabajar en la remodelación y mantenimiento de toda la red vial, tanto nacional, como provincial y los caminos de tierra si se pretende un sistema más eficiente y seguro, con menor costo humano y económico. Y, si bien se avanzó en los últimos años, es necesario contar con líneas de crédito accesibles, para la adquisición de nuevas unidades, de mayor porte, intentando ‘aggiornar’ un parque de camiones que aun presenta un alto porcentaje de obsolescencia”, detalló.

El rol del ferrocarril, especialmente para el transporte de granos en distancias largas es fundamental, dijo López. “Se debe lograr un mayor grado de competitividad con el camión en tal sentido en la línea Belgrano Cargas SA (10.841 kilómetros), que comunica Buenos Aires con Rosario, Santa Fe, Córdoba, Resistencia, Salta, Jujuy, Tucumán, Catamarca, San Juan y Mendoza, y la localidad de Salta con Formosa. Actualmente cuenta con solo 4800 kilómetros operativos”, indicó.

También la Hidrovía es un aspecto relevante para el transporte fluvial de granos y derivados, no solo de los países limítrofes como en la actualidad, sino colaborando con el acceso de mercadería del norte del país al polo agroindustrial del Gran Rosario.

Respecto a la capacidad de almacenaje estático, otro de los aspectos más negativos del sistema de comercialización, el analista dijo que “es necesario expandir la misma al menos en relaciones de 75% de la producción actual, “lo cual implicaría un incremento de los depósitos en al menos 25 millones de toneladas”.

“Ello permitiría que ante la posibilidad de alcanzar las metas planteadas para el 2029/30, la relación entre instalaciones fijas y la producción se ubique en al menos el 60%, contando con depósitos aptos para la clasificación y segregación de diferentes granos y calidades”, aseguró.

Finalizando el seminario, Marcelo Regúnaga, consultor de la fundación y coordinador del Grupo de Países Productores del Sur (GPPS), planteó los problemas con los que se enfrenta la Argentina: “gobernanza global, conflictos bélicos en el mundo, cambio climático, cambios tecnológicos, cambios en la demanda de bienes y servicios y la falta de tratados firmados en un mundo cada vez más proteccionista”.

“Tenemos que replantearnos la estrategia de crecimiento agroindustrial a partir de una inserción internacional inteligente en el mundo. Estamos ante un nuevo marco institucional que no tiene que tener discriminaciones sectoriales sino que tiene que elaborarse entre todas las cadenas. Tenemos que hacer mucho foco en el desarrollo territorial. La oportunidad está en aprovechar mercados en los que no estamos, mercados no tradicionales”, finalizó.

Mariana Reinke

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